Anoche se produjo un lamentable accidente en siete norte esquina de avenida libertad, fue tan intenso que falleció uno de los conductores. ¿Qué nos esta pasando? Ya no tenemos miedo a la velocidad, sabemos que nuestros vehículos pueden correr, saltar y desarmarse en un instante. En realidad esto genera un atisbo de sabiduría, tenemos varios investigadores de las consecuencias urbanas, pero nadie los escucha, nadie les pone atención, es nuestro territorio el que se desarma, ¿alguno de nosotros se ocupa por dónde sale el Sol, de qué manera esta posición de nuestros caminos van a ser afectados por esos rayos mágicos del amanecer? Nuestras ciudades deben ser cruzadas de extremo a extremo, unos van al aeropuerto, otros al trabajo, unos pocos a la universidad, pero pocos observamos este bello territorio y lo condicionamos a poder habitarlo, ¿De qué manera se debe habitar el territorio donde vivimos? Yo creo que en una primera instancia debe ser que circulemos caminando unos cuarenta minutos, para poder aprender a respirar; en segunda instancia pedalear, que es sinónimo de desplazarse sentados, uno avanza a más no poder; en tercera instancia los vehículos, esta manera nueva y desagradable de llegar hasta la puerta principal del colegio de nuestros hijos, faltando el respeto a todos los demás. Los vehículos deben quedar restringidos fuera de los centros urbanos, esos espacios que sólo permiten al pie degustar de los árboles y las vistas que avanzan hacia el horizonte. Pienso que estas áreas verdes se podrían multiplicar si desplazamos a nuestros vehículos, este progreso inverso nos ha llevado a tener altos índices de precaria salud pública, cada día nos enteramos de nuevas enfermedades que son producto de no desarrollar nuestra propia musculatura, colesterol, diabetes, infartos, ceguera prematura, pérdida de la musculatura, varios tipos de resfriados, varios tipos de caries, por no decir que vamos dejando de sonreír, y todo gracias a la industrialización, esta mágica manera de producir en línea. En realidad, si un país no invierte y desarrolla los deportes y las Artes, se muere en la desolación del alma de cada uno de nosotros. ¿Tendremos la oportunidad de ver algún día a nuestros nietos, disfrutar de originales del Arte mundial, podremos practicar deportes a nivel de competencias mundiales? Es de esperar que nuestros nietos tengan esta oportunidad, yo trabajo para ellos, para que tengan sueños, para que tengan condiciones de poder caminar libremente en nuestro hermoso territorio.
Jorge Bremer, octubre 2015.