Un día subí a la montaña con unos amigos (artistas visuales) a la extensión de un valle entre montañas de este paralelo 33º, en que vivimos y mi acción de Arte fue trazar en la ladera de un cerro una circunferencia de cincuenta metros de diámetro donde trabajé un eje para encontrar su centro y hacer un reloj para ver las horas del lado oculto de la luna.
Nunca imaginé que esas horas eran más cortas en el tiempo, pero largas en el pensamiento, donde quedó un registro en unas superficies de 7 cm de ancho por 1.52 de largo, estas líneas se fueron armando con pinceles que sin pensar adquirían colores que ni yo mismo imaginé, el otro lado invisible para nosotros, a través de mis manos, trazo durante siete horas terrenales un cuento que decía la manera de entregar una visión distinta y desconocida.
Siempre me ha interesado “la acción del arte”, creo que en el futuro, las personas van a pagar un valor agregado por ver a un Artista ejecutando la acción de Arte.
Estoy dispuesto a ver como la Pancha Núñez trabaja su obra.
Estoy dispuesto a que me filmen trabajando en la escultura que presenté a una bienal, donde me acompañó mi hermana chica, voy a escanear las fotografías y las enviaré al lado oculto de la Luna, ya que me dijeron que guardan los tesoros ocultos, de los sueños del pensamiento circular.
Otro día, otra noche, otro frío, otro verde.
Jorge Bremer, agosto 2011.